Subo con el coche hasta la cascada de la Espigantosa, donde aparco y preparo la mochila. Una vez que esta todo listo, a eso de las 6 de la tarde subo hacia el refugio Angel Orus, al que se sube en una horita desde el coche pero como los dias aun son bastante largos y todavia parece que va a haber unas horas de luz, decido subir hasta el ibon de Llardaneta a dormir, al que llego en poco mas de una hora desde el refugio.
Ahora toca buscar un lugar "confortable" donde dormir esta noche, abrigarse, cenar y descansar.
Esta noche no se ve que nadie vaya a dormir en las proximidades del lago, asi que este lugar es un remanso de paz... ¡una autentica maravilla!
Despues de una noche bastante fresquita, me levanto con los primeros rayos del sol y con la calma me dirijo hacia el collado de Eriste, donde comienza la cresta y donde ya se puede divisar a una pareja que va a comenzar la cresta.
La arista comienza con unos pasitos que te hacen entrar en calor y poco a poco empiezas a ver el ambiente de esta crestilla, donde el primer tramo es un continuo subir y bajar de puntas (Dientes de Llardaneta) por terreno asequible (algo roto y delicado en algun destrepe) hasta llegar al diente Royo, al cual se sube por un paso de IV- desde la brecha, que da la mayor dificultad de la via. Desde la cima se crestea hasta la cima del Pavots por terreno facil y desde aqui por la definida arista hasta el Espadas. Ahora ya solo queda bajar a la brecha de Llardaneta donde hay un pasito de III y una vez en la Tuca de Llardaneta el terreno se vuelve mas facil hasta la brecha Arlaud, donde ya solo queda una ultima cuesta hasta la cima, a donde se llega andando.
En la cima comparto un buen rato y un almuerzo en condiciones con un grupo de gente de Zaragoza que han subido desde Viadós.
El descenso se realiza por la via normal que desciende hacia el diente de Llardana por la canal Fonda hasta el refugio Angel Orus. Yo tuve suerte de encontrarme a la pareja de vascos que adelante en la arista y que tambien bajan por aqui y voy hablando con ellos hasta el refugio y asi se hace bastante mas amena la bajada, cosa que se agradece bastante porque se acaba haciendo bastante monotona.