Increible, impresionante, preciosa... una de las mas bonitas vias que haya hecho nunca, asi que todos los adjetivos que pueda decir probablemente se quedan cortos.
Salimos a mediodia de Zaragoza con el destino muy claro, la pradera de Ordesa. Paramos en Lanave a comprar pan, y ya de paso una napolitana para merendar. El sol calienta, y pese a llevar el aire acondicionado del coche, me estoy empezando a sobar, asi que decidimos parar en Biescas a repartir el material y hacer las mochilas. No tenemos ninguna prisa, ya que la intencion es dormir en una caseta de madera de las muchas que hay por el parque de Ordesa que no esta a mas de una hora del coche.
Llegamos a la pradera y alli encontramos a multitud de senderistas (domingueros) que estan pasando el dia por el parque. Al ver sacar las mochilas, con el casco colgando se nos acerca un hombre intentando convencernos de que lo que vamos a hacer es imposible y que alli solo va la gente mayor, asi que nos propone rutas como la cola de caballo o subir a Goriz "aunque es una paliza y las clavijas son jodidas" nos comenta. Se lo agradecemos enormemente, pero somos un poco tozudos y no desistimos de nuestra idea inicial. Intentamos ser lo mas diplomaticos posibles con el hombrecillo y nos acercamos a unos chavales que preparan gran cantidad de material al lado de una furgoneta para preguntarles si la aproximacion esta bien y es evidente, pero nos comentan que no tienen ni idea, que ellos van al Perdido, esta claro, el hábito no hace al monje, porque llevaban el ultimo modelo de gran cantidad de material.
Esperamos a que se vaya el amigo que intento avisarnos de la temeridad que ibamos a cometer y emprendemos camino hacia arriba. En menos de una hora estamos en la caseta descansando. Cenamos, repasamos la reseña unas veinte veces y nos dormimos.
El despertador suena a las seis, y poco mas tarde ya estamos de camino a la pared. Vemos el espolón a lo lejos...cada vez queda menos para meternos en nuestra primera via de Ordesa. Tras un ultimo tramo un poco complicado, por fin llegamos al pie de la via.
Comenzamos la via y vamos alternando los largos, aunque al llegar al tercero todo empieza a cambiar de color, no lo veo nada claro, me lio en la inmensidad de la pared y decido retroceder a la reunion, aun estamos a tiempo de bajarnos, pero el enano esta muy motivado y le tira sin ningun problema, puto enano...es un crack! Seguimos alternando largos, y sin darnos cuenta llegamos al paso clave de la via. Va el enano en cabeza y me comenta que va petado y esta en el tocho de madera, duda si montar reunion o tirar hacia arriba, aunque duda poco y en seguida le esta apretando. Las cosas desde aqui abajo parece que van mas lentas de lo normal...no se que coño hara por alli arriba, pero la cuerda no corre hacia arriba, de repente la cuerda me pega un tirón, oigo que algo pasa volando cerca de mi cabeza y se escucha un sonido metalico contra una roca, miro hacia arriba y veo al enano en posicion horizontal, con los pies en la pared y la cabeza en el vacio...se ha ostiado, hasta mas tarde no sabre que lo que ha caido al vacio era un camalot nuevo del 3 con un mosqueton ni tampoco se la magnitud del leñazo. No digo nada e intento quitarle importancia para que no se acojone, aunque en cuanto se recompone clava un clavo en la pared y grita reunion. Me da la impresion de que algo ha pasado porque ha montado reunion justo en la base del paso clave. Cuando llega me cuenta que ha volado cinco o seis metros y que le tiemblan las calandracas, asi que le tiro yo. Cuando llego al paso clave...vuelo! Esta vez solo han sido un par de metros, ya que habia cosido a friends todo el largo. Al siguiente pegue ya sale y tiro hacia arriba. Al llegar el enano a la reunion me dice que a partir de ahora le tire yo, que no se ve con confianza despues de lo que ha pasado.
Poco a poco vamos escalando la fisura que caracteriza a esta via con algun largo mas comprometido pero por fin llegamos a la repisa del ultimo largo. Parece que ya tenemos la via en el bolsillo, pero nos damos cuenta que en este ultimo largo tambien hay que pelear mas de lo esperado.
A las 19.30 mas o menos llegamos a la cima...vaya alegria!!! Nos abrazamos en silencio pensando en lo que podria haber pasado en el vuelo que se ha pegado el enano... quiza hayamos arriesgado en exceso, pero se suele decir que el que no arriesga no gana y esta vez hemos salido airosos. Despues de lo que nos ha costado recibimos la recompensa de las vistas que hay desde este lugar privilegiado mientras bebemos la poca agua que nos queda.
El descenso se hace por las clavijas de cotatuero, que nosotros rapelamos para evitar complicaciones despues de todo el dia.
Bajamos con la calma, disfrutando de las luces que nos brinda el atardecer. Sin duda, un dia para recordar...